La Celebración de la Iluminación del Buda en la CSZCM

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Cada año, en diciembre, nuestra comunidad se reúne para recordar la iluminación del Buda Shakyamuni. Una forma de detenernos y reconocer que el despertar que el Buda realizó continúa vivo en nuestra práctica, en cada paso, en cada instante de nuestra vida cotidiana. Esta celebración no pretende reconstruir un episodio histórico ni idealizar un heroísmo espiritual. Lo que hacemos es algo más sencillo, miramos hacia dentro y reconocemos que la experiencia del Buda no fue el destino reservado a un ser excepcional, sino la expresión más pura de la naturaleza original que compartimos con todos los seres. La iluminación no se entiende como un fenómeno extraordinario, sino como el surgimiento natural de una mente que se aquieta, se asienta y se abre a aquello que siempre había estado ahí.

That's why, durante la primera semana de diciembre celebramos el retiro Rohatsu, un retiro de profundización, que aunque es uno de los más intensos y exigentes para el practicante, al mismo tiempo es uno de los momentos más significativos de nuestra comunidad. A lo largo de esos días, las enseñanzas giran en torno a la iluminación del Buda, explorando sus diferentes dimensiones: el abandono de los extremos, la confianza absoluta que sostuvo su determinación, la claridad que se manifestó cuando dejó de buscar fuera lo que ya habitaba en su interior. Each teisho, cada encuentro, cada silencio compartido se convierte en una forma de acercarnos a ese despertar como una posibilidad real en cada persona.

El retiro culmina en una noche especialmente solemne. La vigilia de práctica intensa que realizamos durante toda la noche. En ella nos unimos al recuerdo de las vigilias que el propio Buda sostuvo bajo el árbol Bodhi, cuando resolvió no levantarse hasta comprender la raíz del sufrimiento y abrirse a la realidad tal como es. Durante esta noche de práctica continua, la sala se convierte en una extensión de aquel espacio ancestral. No tratamos de imitar la experiencia del Buda, pero sí de resonar con su determinación profunda, con la confianza serena que lo sostuvo en su última noche de búsqueda. No buscamos experiencias extraordinarias ni estados especiales; simplemente permitimos que la práctica atraviese la noche del mismo modo en que, hace siglos, la determinación del Buda atravesó la suya. Es una manera de honrar su despertar y, at the same time, de abrir un espacio para nuestro propio despertar aquí y ahora.

La figura del Buda bajo el árbol Bodhi sigue conmoviéndonos no por lo que logró, sino por cómo lo logró. Después de años de disciplina extrema y de búsquedas insaciables, simplemente se sentó. Decidió dejar de huir y dejar de luchar. Se entregó a la realidad tal cual es, sin adornos ni expectativas, sin negociar con sus miedos ni rechazar sus sombras. Esa determinación, ese gesto de confianza absoluta, es el corazón de nuestra celebración. Nos recuerda que el despertar no surge de forzar nada, sino de asentarnos en lo que ya somos, de permitir que la mente se clarifique y la vida se vuelva transparente.

In this sense, diciembre es para las personas que practicamos en la CSZCM una oportunidad de renovar la resolución interior. We practice zazen como quien vuelve al hogar después de un largo viaje. Cultivamos la presencia como quien abre una ventana para que entre luz fresca. Recordamos que cada persona que se sienta en zazen en la sala de meditación está sosteniendo el mismo voto profundo del Buda Sakyamuni, vivir con claridad, con compasión, con una responsabilidad natural hacia todos los seres. La iluminación del Buda no es un triunfo individual, sino la confirmación de que nuestra vida está entrelazada con la vida del mundo.

Con esta celebración no estamos evocando un pasado remoto, estamos actualizando un presente que nunca se ha extinguido. Celebrar la iluminación del Buda es, In fact, celebrar la posibilidad real de despertar en este mismo cuerpo, en este mismo instante, en medio de nuestras dudas, tareas, afectos y responsabilidades cotidianas. Retirarnos juntos es un reconocimiento de que no caminamos solos o solas. La sangha es ese espacio donde las personas practicantes nos sostenemos mutuamente, donde la presencia de cada una alimenta la confianza de las demás. In this sense, la iluminación del Buda es también la iluminación de todos los seres que, a lo largo de siglos, han mantenido viva este camino, maestros y maestras, practicantes anónimos, generaciones de personas que han encontrado en esta práctica una forma de encarnar la libertad y la compasión.

La celebración culmina con un breve acto ritual que honra la iluminación del Buda. In the Soto Zen Camino Medio Community, esta fecha se vive como una oportunidad para recordar nuestra naturaleza original. Lo esencial es la disposición interna, volver a la práctica, volver a la claridad, volver a la confianza. Celebramos la iluminación del Buda como celebramos la vida misma, despertar es abrirnos, vivir en el mundo con una mirada más amplia y un corazón más disponible.

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