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Copio aquí duda de Rocío tras la enseñanza de ayer sobre el Abhidhamma:
Muy interesante. Me surge una pregunta. Si mi vecino me pone música de heavy metal durante horas, yo me estreso. El estrés que siento, es producto de mi percepción y de cómo lo etiquete yo (desagradable), o de nuestra biología (casi todos los seres humanos sienten estrés ante un ruido estridente)?
Qué dicen las enseñanzas sobre esa reacción?Respuesta:
En el budismo Soto Zen, la reacción de estrés ante la música de heavy metal puede entenderse de varias maneras. Por un lado, está nuestra percepción como vimos en la sesión de ayer. La mente etiqueta las experiencias según nuestras preferencias y aversiones. Si consideras ese sonido como algo desagradable, automáticamente aparece una resistencia interna que puede generar estrés. Pero también hay un aspecto biológico: es cierto que los sonidos fuertes y persistentes activan respuestas de alerta en el sistema nervioso. No es algo que esté solo en tu cabeza, sino que forma parte de cómo estamos diseñados.
En la práctica del zazen podemos experimentar directamente lo que surge, sin aferrarnos ni rechazarlo. No se trata de obligarte a que te guste la música que juzgas como estridente, sino de darte cuenta de cómo funciona esa reacción en ti. Muchas veces, lo que realmente nos molesta no es el sonido en sí, sino la historia que nos contamos sobre él: «esto es insoportable», «no debería estar pasando», «mi vecino es un egoísta». Esa narrativa es la que amplifica el sufrimiento.
Al mismo tiempo, no estamos aislados del mundo. No es que el estrés venga solo de nuestra percepción ni solo de la biología, sino de la relación entre nuestro cuerpo-mente y lo que nos rodea. Quizá la pregunta no sea de dónde viene el estrés, sino cómo nos relacionamos con él.
En una situación así, podemos explorar qué pasa si dejamos de resistirnos internamente. No significa resignarse ni soportarlo sin más, sino notar la reacción sin alimentar más tensión. Y, desde ahí, si hay algo que hacer –como hablar con el vecino o buscar otra solución– hacerlo con ecuanimidad, sin la carga de la irritación. Al final, el ruido es solo ruido. Lo que lo convierte en sufrimiento es la lucha interna con él.
Y si nada funciona, unos buenos auriculares con cancelación de ruido o medio hábil similar siempre es bienvenido 😉
Gracias por tu pregunta Rocío.
