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Pregunta:
Estimado maestro. ¿Cómo le va?
Mi nombre es Pablo y vivo en Argentina.Mi pregunta va en relación a lo escuchado en la sesión número 4.[Curso de introducción a la meditación zen II]
En un momento del final del video, una participante habla de la “culpa”.
Entonces, dentro del contexto de la charla, usted le indica que uno debe “observar” esa culpa.
Que uno debe observar todo lo que aparece.Entonces, a partir de esto me surge la siguiente duda:
¿Debo durante el zazen intentar “entender” esa emoción que surge?Es decir durante zazen siempre “dejo pasar” todas estas emociones o pensamientos. Pero fuera de zazen si trato de observar lo que me sucede, y luego trato de indagar en las causas de eso que me sucede. Normalmente esta observación la hago caminando o haciendo alguna actividad de movimiento.
Durante este proceso de indagación también utilizo las funciones cognitivas de la reflexión y el análisis…
Entonces ¿este mismo proceso lo debo realizar durante el zazen?
Desde ya muchas gracias Maestro.
Gasshó.Respuesta:
Estimado Pablo, muchas gracias por tu mensaje y por compartir tu duda con tanta claridad.
La pregunta que planteas es fundamental y surge con frecuencia en la práctica de zazen.
Durante zazen, la tarea básica consiste en soltar todo intento de comprensión intelectual. Esto no significa reprimir pensamientos o emociones, sino simplemente dejarlos ser sin identificarse con ellos, gracias a la práctica de la atención plena, surge naturalmente la ecuanimidad. Y desde este estado de ecuanimidad, si surge la culpa, la observamos como una manifestación en la conciencia, sin etiquetarla como “buena” o “mala”, sin tratar de resolverla en ese momento. Solo sentimos su presencia, su textura, su energía, cómo aparece y cómo cambia.
En cambio, fuera de zazen, como bien mencionas, hay espacio para la indagación. Puedes utilizar la reflexión y el análisis para comprender de dónde vienen ciertas emociones, sus condicionamientos, sus raíces kármicas. Caminar, escribir o dialogar pueden ser medios útiles para este proceso.
Entonces, zazen no es un espacio de análisis ni de interpretación. Es un espacio donde aprendemos a estar con lo que es, sin agregarle historia ni resistencias. Y paradójicamente, este estar con todo sin manipularlo suele traer una comprensión más profunda que cualquier análisis. Es habitual que tras una sesión de zazen, las respuestas emerjan con naturalidad, sin necesidad de forzarlas.
Si practicas zazen con esta actitud de atención desnuda y sin intervención, verás que con el tiempo el discernimiento se afina y, cuando reflexiones fuera del cojín, lo harás con mayor claridad y ecuanimidad.
Espero que esto te ayude a clarificar tu duda.
Gracias por tu práctica y tu sinceridad.
Gasshô.
