En el budismo Zen, el término “recipiente” refírese a un estado de letargo mental o entumecimiento que puede surgir durante la meditación. Es una forma de obstrucción que se manifiesta como una mente adormecida, pesada o embotada, lo que impide la claridad y la atención plena.
Durante a práctica de zazen (meditación sentada), recipiente puede presentarse cuando la mente pierde su enfoque y energía, cayendo en una especie de somnolencia o estado de indiferencia. A diferencia de otros obstáculos mentales, como la agitación o la dispersión, el recipiente es un problema más sutil porque puede pasar desapercibido; la mente no está claramente distraída, pero tampoco está verdaderamente despierta ni alerta.
Superar el recipiente implica revitalizar la energía mental y física, ya sea ajustando la postura, intensificando la concentración, o utilizando técnicas que reaviven la atención plena. El objetivo en el Zen es mantener una mente que esté a la vez calmada y plenamente despierta, evitando tanto la agitación como el recipiente.