En el contexto del budismo Zen, “sanran” se refiere a un estado de agitación mental o dispersión durante la práctica de la meditación. Es el opuesto de contenidor. Mientras que contenidor describe un estado de letargo o embotamiento, sanran se manifiesta cuando la mente está inquieta, sobrecargada de pensamientos y emociones, y no puede establecerse en un punto de enfoque claro.
Durante la práctica de zazen, el sanran puede surgir cuando la mente se deja llevar por preocupaciones, planes, recuerdos o cualquier otro tipo de distracción que la aleja del momento presente. Este estado de agitación puede ser muy desafiante, ya que la mente salta de un pensamiento a otro, lo que dificulta alcanzar la concentración y la serenidad necesarias para profundizar en la meditación.
Para superar el sanran, se recomienda fortalecer la práctica de la atención plena y la concentración. Esto puede implicar volver a centrarse en la respiración, al koan (si se está utilizando uno), o en algún otro objeto de meditación. El objetivo es calmar la mente, reduciendo su tendencia a dispersarse, y dirigirla hacia un estado de quietud y estabilidad.
En el Zen, la práctica implica encontrar un equilibrio entre contenidor i sanran, evitando tanto la somnolencia como la agitación, y manteniendo una mente despierta, equilibrada y serena durante la meditación.