A la primera reunió presencial de la Comunitat Soto Zen Camí Mitjà, el equipo de tesorería presentó un texto más elaborado que el que aquí presentamos a partir del libro “Ecodharma” de David Loy. Este libro ofrece una profunda reflexión sobre cómo las enseñanzas budistas pueden integrarse con un enfoque ético y sostenible en respuesta a los desafíos contemporáneos, especialmente en relación con la crisis ecológica que enfrentamos. A partir de estas ideas, a continuación se expone una propuesta para desarrollar una gestión económica que refleje los principios budistas, la sostenibilidad y el bienestar social para la organización de la Comunidad Soto Zen Camino Medio.
Reflexiones sobre la Intersección del Budismo y la Sostenibilidad
Actualment, la tradición budista se enfrenta a un reto importante: ser parte de en un mundo posmoderno, globalizado, laico y altamente tecnificado, què, a menudo, puede ser autodestructivo. Algunas corrientes del budismo disuaden de la implicación social y de la atención a las cuestiones ecológicas, centrándose en la salvación individual de cada practicante. En aquest context, el camino budista se percibe más como una forma de terapia, ofreciendo nuevas perspectivas sobre la angustia mental y prácticas que fomentan el bienestar en nuestro mundo.
No obstant això, muchos budistas contemporáneos cuestionan esta actitud. La separación entre un budismo ultramundano, que busca escapar del mundo, y uno preocupado por este mundo parece ser un dilema común. No obstant això, existe un tercer camino: en lugar de trascender o encajar en el mundo, podemos despertar y experimentar la vida de una manera diferente. Este despertar nos lleva a reconstruir nuestra relación con el mundo y a reconocer nuestra interconexión con la naturaleza y con los demás a través de la ecuanimidad, la compasión, la bondad y la alegría que surge naturalmente de la práctica budista.
Este reconocimiento implica un compromiso social y una reevaluación de las estructuras económicas y políticas que contribuyen a la “ecocrisis” y a la injusticia social que enfrentamos hoy. El camino de transformación personal y social está intrínsecamente entrelazado. Comprometerse con el mundo es la forma en que nuestro despertar individual florece, y nuestras prácticas contemplativas, como la meditación, se convierten en un activismo que se transforma en un camino espiritual.
Ecodharma: La Respuesta Budista a la Crisis Ecológica
El concepto de ecodharma surge como una respuesta budista a nuestra crisis ecológica, combinando preocupaciones ecológicas con las enseñanzas del budismo. Al redescubrir nuestra conexión con la naturaleza, entendemos que el mundo no es solo una colección de objetos, sino una comunidad interdependiente de seres vivos que requiere un nuevo tipo de relación.
Retirarnos al mundo natural puede interrumpir nuestras percepciones habituales, abriendo la puerta a nuevas alternativas. El budismo nos enseña que nuestro sentido del yo es un constructo que provoca ansiedad e inseguridad, y que la solución no es liberarse del yo, sino deconstruirlo y reconstruirlo mediante prácticas de generosidad, bondad amorosa y sabiduría.
La dualidad que enfrentamos como especie, Homo sapiens, y nuestra desconexión con la biosfera refleja un conflicto similar al del individuo. Esta alienación crea ansiedad, y nuestra respuesta a ella a menudo se manifiesta en un intento colectivo de alcanzar seguridad a través del crecimiento económico, lo que en realidad agrava nuestra desconexión de la naturaleza. No podemos volver a la naturaleza, pues nunca nos hemos separado de ella; més aviat, debemos reconocer nuestra no dualidad y vivir de acuerdo con ese entendimiento.
Hacia una Gestión Económica Sostenible
Diseñar una gestión económica para nuestra comunidad, que necesita ingresos, pero busca compatibilidad con la ética budista y la economía sostenible, implica un enfoque equilibrado que priorice principios éticos y ecológicos. Cada actividad debe respetar tanto a las personas como al medioambiente, evitando la explotación y el sufrimiento.
Per tant, proponemos:
- Actividad económica consciente: Fomentar un modelo inclusivo, accesible y sostenible.
- Consumo moderado: Promover una vida simple y un gasto consciente.
- Fuentes de ingresos éticas y ecológicas: Generar ingresos a través de retiros, publicaciones digitales y proyectos educativos y culturales.
- Economía circular: Minimizar el desperdicio y promover la reutilización de recursos, apoyando la agricultura orgánica y la artesanía sostenible.
Conclusió
La gestión económica para nuestra comunidad debe reflejar un profundo respeto por los principios éticos del budismo y los valores de sostenibilidad. Promover el activismo y la economía circular contribuirá a minimizar el impacto ambiental y a apoyar a los más vulnerables. Fomentar decisiones cooperativas y regenerativas permitirá a nuestra comunidad prosperar en armonía con el mundo que nos rodea.
![](https://www.caminomedio.org/wp-content/uploads/2024/12/Copia-de-IMG_0938.jpg)