Versos1 莫 逐 有 縁 勿 住 空 忍 No hay que correr detrás de los fenómenos ni apegarse a la vacuidad.
A la nostra vida quotidiana, estamos inmersos en un flujo constante de estímulos, eventos, emocions i pensaments, lo que en budismo se llama “fenómenos” o “dharmas”. Estos fenómenos son cambiantes, transitorios y carecen de esencia fija. No obstant això, la mente condicionada tiende a aferrarse a ellos, a verlos como algo concreto y estable. Este apego a los fenómenos provoca sufrimiento porque olvidamos su naturaleza impermanente. Corremos detrás de ellos en un esfuerzo inútil por encontrar seguridad o felicidad en lo que, por su misma naturaleza, no puede ofrecernos estabilidad.
En el Sutra de la Gran Sabiduría2 recitamos cada día:
Shariputra, los fenómenos no son diferentes de shûnyata3. Shûnyata no es diferente de los fenómenos. Los fenómenos son shûnyata. Shûnyata es fenómenos.
Fenómeno y vacuidad forman parte de nuestra existencia y, però, nuestros condicionamientos no nos permiten percibir el vacío, generalmente solo somos capaces de percibir objetos independientes a los que dotamos de entidad propia. Però, no existe una separación real entre lo que consideramos “algo” y el “vacío”. Lo que percibimos como fenómeno, lo que parece sólido y real, es en esencia vacío, carente de un yo independiente. El maestro zen Dogen expresó esta verdad en su célebre frase “shin jin datsu raku”, “abandona, cuerpo y mente”4. La vacuidad y los fenómenos no están separados, son dos caras de la misma moneda. No se trata de rechazar lo que vemos, sentimos o experimentamos, sino de verlo tal como es: vacío de sustancia fija, pero al mismo tiempo pleno en su manifestación.
No es suficiente con liberarse del apego a los fenómenos, sino que también es necesario evitar el apego a la vacuidad. Vacuidad, no es la “nada” en sentido nihilista. Es el reconocimiento de que todas las cosas carecen de una esencia fija y que dependen de causas y condiciones. Pero cuando uno se apega a la vacuidad, se corre el riesgo de caer en la trampa de la indiferencia, en el error de rechazar la realidad fenoménica como algo insignificante o ilusorio.
Tenemos que situarnos más allá de los opuestos, la bóveda celeste contiene las nubes y el espacio vacío entre ellas, tenemos que trascender cualquier dicotomía y aprender a percibir la realidad desde Mushotoku,5 nada que obtener, nada que aferrar. Cuando dejamos de buscar algo a lo que aferrarnos, cuando dejamos de tratar de alcanzar o rechazar cualquier cosa, nos situamos en la Vía. La percepción desde mushotoku es libre de las trampas del deseo y del rechazo, y nos permite habitar la realidad tal como es.
La Vía del Buda es la Vía del camino medio. La REALIDAD engloba y acoge tanto los fenómenos como la vacuidad sin tomar partido ni por ni contra. Este es el corazón de la enseñanza budista: ver las cosas tal como son, sin proyecciones ni prejuicios, sin apegos ni aversiones. Al vivir de esta manera, se manifiesta naturalmente la libertad, el desapego y la compasión hacia todos los seres.
- De la obra Xìn Xīn Míng Canto al Corazón de la Confianza, del tercer ancestro chan Jianzhi Sengcan. Traducción y comentarios de Dokushô Villalba. Ediciones i, 2008. [↩]
- Maha Prajña Paramita Hridaya Sutra, en sánscrito. Maka Hannya Haramita Shingyo, en japonés. [↩]
- Śūnyatā (AITS, /shuniáta/ o /shuniátaa/; Devanagari: शून्यता; Pali: suññatā),1 a menudo traducido como “vacuidad”, “vaciedad” o “vació” es un concepto budista que tiene múltiples significados dependiendo de su contexto doctrinal.23 Puede referirse a una comprensión ontológica de la realidad, un estado meditativo o un análisis fenomenológico de la experiencia. Font. [↩]
- Un día en que Dogen estaba sentado en Zazen, su vecino se durmió. El maestro Nyojo golpeo con fuerza al discípulo y con voz fuerte gritó: “¡Zazen es abandonar cuerpo y mente!: ¿Por qué duermes?”. Al oír estas palabras, Dogen experimento el gran despertar. Después Dogen fue a ver a Nyojo y le dijo:
“— He abandonado cuerpo y mente – shin jin datsu raku”.
Nyojo le contestó:
“-¡Abandona ahora la noción de haber abandonado cuerpo y mente!”
Dogen se postró entonces respetuosamente ante Nyojo y este añadió:
“Cuerpo y mente han sido abandonados – datsu raku shin jin” [↩] - Mushotoku es una expresión zen (無所得) que podría traducirse literalmente como ‘no provecho’, ‘no obtención’, o ‘nada que obtener’, lo que viene a significar ‘hacer algo sin esperar ningún beneficio personal’. Recomiendo leer este artículo de mi maestro Dokushô Villalba Roshi sobre Mushotoku. [↩]