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Daizan Soriano.
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Daizan Soriano
KeymasterYa tenéis disponible el audio de la sesión de ayer en la sección recursos del tema 1. Cualquier duda o comentario estaré encantado en ayudaros en este foro 🙂
Irene Sánchez Gálvez
KeymasterBuenas tardes,
Quería compartir que me ha impresionado, cuando escuchaba la grabación de la enseñanza, la sugerencia del maestro de buscar paralelismos entre nuestra propia vida y la vida del Buda (no quedándonos en la superficie de la mitología que la envuelve). Era algo en lo que nunca había pensado.
Posteriormente escuchando el audio (recomendadísimo) del camino de Siddhartha Gautama, me he dado cuenta de la relación entre lo que se relataba con mis propias vivencias personales, y me ha hecho darme cuenta de que experiencias hasta ahora inconexas tenían en realidad un nexo de unión. Esto me hace leer las palabras de “seguir la vía del Buda” bajo una nueva luz.
También me ha venido a la mente el libro de Siddharta, de Herman Hess, en el que el personaje principal se llama Siddhartha y tiene unas vivencias muy parecidas a las del Buda, pero curiosamente se encuentra con el Buda en un momento del libro, dejando claro que no estamos hablando de la misma persona. Siempre me he preguntado por qué Herman Hess elegiría llamar a su protagonista Siddhartha. Ahora creo que quizás era una invitación a indagar sobre lo que indicaba el maestro en la enseñanza, esto es, buscar el paralelismo entre los caminos del Buda, de Siddhartha, y el nuestro, y a enfocarnos en la acción de recorrer el camino, no en quedarnos en la creencia de la enseñanza.
También me ha impactado el enfoque de la renuncia y la búsqueda de la iluminación por amor hacia su propia familia (a la que abandona) y hacia todos los seres. Creo que anteriormente había conectado con el sufrimiento y la insatisfacción de Siddhartha, y había asumido que sobre ella se cimentaba su determinación de alcanzar la iluminación. Ahora entiendo (o creo entender) que el motor que le impulsa durante todo su camino no es tanto el sufrimiento que padece, sino el amor que siente y el deseo de dar consuelo a todos los seres. Esto también me recuerda el texto que analizamos en el retiro de verano, que entre otras cosas hablaba del riesgo de que “nuestra práctica meramente se convierta en un intento de escapar de aquello que nos resulta desagradable”. Creo que es un enfoque muy distinto, y me ha parecido una reflexión importante.
Por último y no menos importante, agradecer al maestro Daizan por la transmisión de esta enseñanza. Me está resultando (como podéis ver por lo largo que me ha quedado el mensaje :D) muy enriquecedora.
Elena Lopez Rodríguez
ParticipantBuenas tardes, me surgen dos reflexiones de momento;
La primera es acerca de la renuncia que hizo El Buda a su familia y la vida en palacio. Hacerlo fue un paso necesario por ello me planteo si como laicos podemos llegar a ese despertar cuando la mayor parte de nuestro tiempo está dedicada al trabajo o en mi caso también a la crianza. Hasta ahora me he tomado los encuentros y desencuentros de la vida cotidiana como oportunidadedes para conocerme y crecer donde dentro y fuera se colapsan ofreciéndome grandes enseñanzas a través de “los demas” pero en una parte más profunda de mí, soy consciente de que no le puedo dedicar a la práctica en este momento el mismo tiempo que un monje o quizás un laico con menos responsabilidades. No renunciar al trabajo y familia también lleva implícito una renuncia, la renuncia de vivirme en otro contexto más enfocado en la vía. Al mismo tiempo al ser todo DHARMA, entiendo que tendríamos las misma oportunidad de despertar.
La segunda reflexión es acerca del propósito del Buda antes de su Iluminación. Creo recordar que dijo algo como “no me levantaré de este asiento hasta que me ilumine”, ¿pudo alcanzar dicho estado a través de un propósito cuando en las enseñanzas se nos invita a sentarnos con una actitud Mushotoku (la de no querer alcanzar nada?
Como dijo Kodo Sawaki:”te advierto que el zazen no sirve para nada y hasta que no practiquéis un zazen que no sirva para nada, vuestro zazen no servirá realmente para nada”Espero haberme hecho entender.
Muchas graciasDaizan Soriano
KeymasterQueridas Irene y Elena,
Gracias por compartir vuestras reflexiones con tanta profundidad y honestidad. Es un regalo ver cómo las enseñanzas resuenan en vuestras propias vidas y despiertan nuevas comprensiones.
Irene, tu intuición sobre el paralelismo entre la vida del Buda y nuestra propia experiencia es un punto clave en la práctica. No se trata solo de conocer la historia de Siddhartha Gautama como algo ajeno a nosotras/os, sino de reconocer que su camino es un reflejo del nuestro. Cada una de nuestras vivencias, cuando las observamos con atención, nos muestra un proceso similar de búsqueda, resignation, transformación y despertar. También es muy valiosa tu comprensión sobre la motivación del Buda, que no surge solo del sufrimiento sino del amor y la aspiración de liberar a todos los seres. Este giro en la perspectiva cambia radicalmente el sentido de nuestra práctica y nos recuerda que el camino no es solo personal, sino relacional, ese el camino del Bodhisattva.
Elena, tus preguntas tocan dos aspectos esenciales del camino: la práctica en la vida laica y la relación entre determinación y desapego. Como bien señalas, la renuncia no es solo externa, sino interna; y la vida cotidiana nos ofrece innumerables oportunidades para practicar, aunque la forma sea distinta a la de un monje en un entorno monástico. La cuestión no es cuánto tiempo podemos dedicar formalmente, sino cómo vivimos cada instante con plena presencia. Todo tiene sus pros y sus contras, la vida en un monasterio también tiene sus carencias, cuidado con idealizarla. Respecto a la determinación del Buda, la aparente contradicción con la actitud Mushotoku nos invita a reflexionar sobre la diferencia entre un propósito rígido, basado en el deseo de obtener algo, y una entrega total al camino sin expectativas egocéntricas. La paradoja de “hacer sin buscar” es una enseñanza viva que cada una/o debe experimentar directamente.
Os agradezco profundamente a ambas por vuestras palabras, que enriquecen la práctica compartida y nos ayudan a seguir explorando juntas/os. Que estas reflexiones sigan madurando en vosotras y que la práctica os sostenga.
In gasshô,
Daizan
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