Karuna, se traduce comúnmente como «compasión». Es una de las cuatro cualidades sublimes o «actitudes ilimitadas» (Brahmaviharas), que también incluyen el amor bondadoso (metta), la alegría empática (mudita) y la ecuanimidad (upekkha).
La compasión, karuna, se refiere al deseo sincero de aliviar el sufrimiento de los demás. No es simplemente un sentimiento de tristeza o pena por el dolor ajeno, sino una actitud activa que busca comprender y mitigar ese sufrimiento. En el budismo, karuna es considerada una cualidad esencial que debe ser cultivada por todos los practicantes, ya que fomenta una actitud de amor y respeto hacia todos los seres.
La práctica de karuna implica desarrollar una sensibilidad profunda hacia el sufrimiento de otros y responder con un corazón abierto y dispuesto a ayudar. Esta compasión no se limita a aquellos cercanos o queridos, sino que se extiende a todos los seres sintientes, sin distinción.
Además, karuna se equilibra con la sabiduría (prajna) para evitar que la compasión se convierta en apego o sufrimiento propio por el dolor ajeno. De esta manera, karuna es vista no solo como una virtud ética, sino también como un camino hacia la liberación, ya que ayuda a disolver el egoísmo y a cultivar una conexión genuina con los demás.